Necrofilia, del griego nekros, “muerte” y philia, “amor o afecto”.
La necrofilia se conoce comúnmente como relaciones sexuales o atracción hacia los cadáveres, y se enumera como “otro trastorno parafílico específico, que implica un interés sexual recurrente e intenso hacia los cadáveres”. Sin embargo, vale la pena anotar que para que una persona termine con estas ideas e incluso deseos, la evolución de su patología podría haber comenzado desde un lugar inofensivo. Existen muchos intentos de clasificar el comportamiento de la necrofilia, pero por sí misma ha seguido siendo confusa, y se han realizado una cantidad de estudios e investigaciones en lo referente a este desequilibrio sin llegar a ninguna conclusión de cuales podrían ser los factores que causan este trastorno sexual.
El estudio sobre necrofilia tiene una gran cantidad de casos, que cubren el rango de actividades necrofílicas de ciertos individuos, y esto a su vez nos da circunstancias específicas que pueden ayudar en nuestro intento de clasificar esta patología. Sin embargo, incluso conociendo las actividades necrofílicas que las personas han realizado, las motivaciones mismas a menudo siguen siendo esquivas y difíciles de comprender y estudiar.
Tradicionalmente, los primeros intentos de clasificar científicamente la necrofilia la consideraron principalmente un comportamiento sádico, como en la Psicopatía sexual de Krafft-Ebing, cuyo enfoque no era injustificado, ya que las fuerzas del orden público y los tribunales del siglo XIX intentaban comprender cómo varios delincuentes podían violar, mutilar y participar en actividades sexuales con una persona después de la muerte; este hecho horrible llevó a las siguientes generaciones a ver este comportamiento como demoníaco y orquestado por el Diablo.
Existen sanciones judiciales y morales por interferir con un cadáver y no informar a las autoridades, y las sanciones podría ser muy severas, pero a pesar de estos castigos este tipo de crímenes se cometen con una regularidad inimaginable.
Muchos homicidios se cometen para obtener un cadáver y saciar este deseo sexual, y como decía anteriormente existen muchas leyes que castigan estos crímenes, pero estas sanciones necesarias, nos coloca en una posición para hacer frente a los actos de necrofilia a medida que surgen, pero no nos ayudan a comprender la patología de un necrófilo, el entender esta patología puede ser crucial para la identificación, la terapia y la prevención y mientras realmente no entendamos que pasa por la mente de un necrófilo nunca seremos capaz de resolver este enigma. Debemos hacer notar que no todo comportamiento necrófilo implica cometer asesinato.
La necrofilia es principalmente un hecho raro y anormal y es uno de los trastornos sexuales que mayor rechazo causa en la sociedad.
La necrofilia ha existido durante varios milenios, la evidencia más temprana se remonta a los antiguos egipcios. Según los informes, intentaron prevenir la necrofilia al negarse a enviar los cuerpos de las mujeres a los embalsamadores, ya que se creía que estos violaban a estas mujeres. Se rumorea que el rey Herodes el Grande había cubierto de miel a su segunda esposa para poder salirse con ella durante los siete años posteriores a su muerte. Aquiles tuvo relaciones sexuales con la reina amazónica Pentesilea después de que la asesinó.
En nuestra América existe alguna evidencia que los miembros de la civilización Moche, quienes habitaron en lo que hoy es Perú, creían que el sexo con cadáveres proporcionaba una conexión espiritual con el fallecido. Los Moche eran famosos por sus grandes pirámides, dentro de ellas, pintaron murales dedicados a sus dioses, sus prácticas religiosas y a sus líderes muertos.
Durante la década de 1980, los arqueólogos empezaron a descubrir fragmentos de cerámica y murales que representaban escenas perturbadoras, en las que mostraban que los Moche tenían una predilección por pintar escenas de seres humanos teniendo relaciones sexuales con animales y cadáveres. estas pinturas, llevaron a algunos investigadores a creer que los Moche llevaban a cabo rituales sexuales con los muertos durante o después de los sacrificios humanos.
Mi decisión de aventurarme sobre este tema es que en Los delirios de Minerva tiene algunos pasajes sobre esta atracción sexual que es practicada por uno de los personajes.